miércoles, 3 de septiembre de 2008

IRENE PAPAS


Irene Papas, la actriz griega más internacional, cumple años en el día de hoy. No sabemos cuántos; tampoco nos importa demasiado. Diferentes biografías suyas dan como años de su nacimiento 1926, 1929 ó 1930. Pero Irene Papas ha superado las limitaciones que impone el tiempo y su nombre ya se encuentra inscrito con letras doradas en la historia del cine y del teatro griego e internacional.


Durante generaciones, la Papas representó para millo
nes de cinéfilos el prototipo de la mujer griega: morena, de profundos ojos negros bajo enormes cejas; un volcán de sentimientos y pasiones, de resignación y silencio, envuelto muchas veces en los negros ropajes de una viuda prematura. El negro: el color preferido de nuestra actriz, el color de la noche, del misterio, de la muerte, de la tragedia... Irene es la voz de Sófocles y de Eurípides, el grito de Electra, de Medea y de Antígona.

Irene Papas, cuyo verdadero nombre es Irene Lelekou, nace muy cerca de Corinto, en un pequeño pueblo llamado Hiliomodi, hija de un matrimonio de profesores. Su madre, Eleni, le cuenta cada día relatos tradicionales e historias mitológicas que la niña protagonizará , frente al espejo, en las habitaciones de su casa. A los doce años ya estudia en la Escuela Nacional de Teatro Clásico de Atenas, y a los 15 comienza su carrera profesional como actriz radiofónica, cantante y bailarina. Ya en la década de los años 50 del pasado siglo participa en producciones del Teatro Nacional de Grecia y adquiere rápidamente enorme fama gracias a sus excepcionales interpretaciones de tragedias clásicas como "Medea" y "Electra". Su nada convencional fisonomía y sus evidentes dotes artísticas llaman la atención de cineastas internacionales que le harán dar el salto profesional fuera de las fronteras griegas.

En los años 60 Irene alcanza el reconocimiento internacional por sus interpretaciones de la heroína María Papadimos en "Los cañones de Navarone" (1961); "Electra" (1962), en la que se consagra como una de las mejores actrices trágicas del cine mundial; la joven viuda de "Alexis Zorbas" (1964), película más conocida como "Zorba el Griego", protagonizada junto al inolvidable Anthony Quinn.

Pocos saben que en 1968, en plena guerra de Vietnam, Irene Papas decide recorrerse toda la geografía de los Estados Unidos de América representando la obra "Las Troyanas" de Eurípides; de ella dice Irene: "Esta tragedia de Eurípides tiene 2500 años y es absolutamente contemporánea e incluso futurista. La vida no ha cambiado tanto, en tal caso sólo ha empeorado. Este es el texto más antibelicista que jamás se haya escrito".

Los éxitos artísticos de Irene se suceden uno tras otro. En 1969 protagoniza la película "Z" del también griego Kostas Gavras, y le siguen "Las Troyanas" (1971) e "Ifigenia" (1977), de Mihalis Kakoyannis; "Cristo se paró en Éboli" (1979), de F. Rossi; "Eréndida" (1984), de Rui Guerra, sobre la novela de Gabriel García Márquez; "Temporada alta" (1988), de Clare Peploe; "La Odisea" (1997), de Andrei Konchalovski o "La mandolina del capitán Corelli"(2000), de John Madden.

Pero Irene, nuestra gran Irene, no se conforma con sus éxitos cinematográficos y triunfa también como cantante colaborando con el gr
upo griego "Aphrodite's Child" y grabando sus propios discos, "Odes" y "Rapsodies", compuestos y producidos por Vangelis Papathanasssiou.

Pero Irene, nuestra gran Irene, no se conforma con sus éxitos
cinematrográficos y musicales, y no abandona jamás el teatro. Declama a la perfección no sólo en griego clásico y moderno, sino también en inglés, italiano y español. Irene crea una Escuela Internacional de Interpretación con sedes en Atenas, Roma y Sagunto. En esta última ciudad, sobre un escenario proyectado por Santiago Calatrava en una antigua nave industrial, se estrena "Las Troyanas" de Eurípides, en la que comparte dirección e interpretación con Jürgen Müller (La Fura dels Baus) y Marina Saura, Rosana Pastor, Manuel de Blas y hasta 60 artistas en escena.

Irene, nuestra gran Irene, cumple hoy años; no importa cuántos. Irene Papas es ya un nombre para la eternidad, un nombre que irá para siempre ligado a la cultura griega clásica y moderna.

Termino mi pequeño homenaje a Irene Papas reproduciendo unas declaraciones suyas: "Estamos aquí para ser felices; no serlo es pecado. Εs u
na ingratitud hacia la naturaleza, que no te ha dado todo lo que tienes para ser infeliz. Sólo la conciencia, el destino ineludible de la muerte te hace infeliz. Y aceptarlo es una lucha que dura toda la vida. Subconscientemente hacemos cosas para que algo de nosotros permanezca, para que quede cuando nos vayamos."



Irene Papas en "Electra" (1962)
Director: Mihalis Kakoyannis
(fragmento)


Una muy reciente imagen de Irene Papas junto a la diva italiana Renata Scotto (junio 2008)
Cortesía de Parsifal




Χρόνια Πολλά, κυρία Ειρήνη!